sábado, 10 de noviembre de 2012

Vacaciones de mí misma


Vacaciones de mí misma


Cabeza: ¡Hola Lola!
Lola: ¡Hola Cabeza!
Cabeza:  Te noto un poco ida.
Lola: Sí, es que me estoy yendo. 
Cabeza:  Ah, ¿sí? ¿A dónde?
Lola: De vacaciones. 
Cabeza:  ¡Ah! ¿Y por qué yo no sabía nada?
Lola: Porque tú no vienes. Necesito desconectar, lo entiendes, ¿verdad?
Cabeza: ¡Ah, no, no! ¡No me seas descerebrada! ¡Sin mí tú no sales de casa!
Lola: No me seas Cabez…
Cabeza: ¡Shh! Lo que me faltaba! Te recuerdo que sin mí, no tienes sentido del humor… y por supuesto, ninguna gracia. En fin, tú sabrás lo que haces… Pero dime, ¿qué te llevas?
Lola: Los pulmones, para oxigenarlos; el pelo, porque abriga; los muslos, para bailar swing; las uñas, porque a veces vienen bien para abrir cosas...
Cabeza:  ¿El estómago?
Lola:  No, que está hecho un nudo.
Cabeza:  ¿Y cómo comerás?
Lola: Por la boca. 
Cabeza:  ¿Te llevas los ojos?
Lola: Sí, pero me dejo el corazón. Ya conoces el refrán. 
Cabeza:  Pero escucha, ¿te vas muchos días?
Lola:  No, sólo un par. Ya sabes que no puedo estar mucho tiempo sin ti. 
Cabeza:  ¡Ah, amiga! ¡Entonces sí que te llevas la conciencia!
Lola: Sí, me temo que sin ella no sé ir a ningún sitio...
Cabeza:  En fin, pues que desconectes bien...
Lola:  ¡Descuida!
Cabeza:  Como sigas así, un día me perderás…
Lola: Venga, no te enfades… Dime, ¿pensarás en mí?
Cabeza: Qué remedio…

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